Con el coche ya en su sitio, en el antiguo campo de entreno del primer equipo, nos preparamos para picar algo antes del partido en la Sala Champions Club. Para llegar a ella, y después de pasar el acceso de control, se tenía que pasar por el museo del Barça, el cual no dudé en volver a echarle un vistazo, y no antes sin coger la revista de la primera jornada de Champions League. La verdad que los cuatro balones de Oro de Messi juntos impresionan un poquito y me vi obligado a hacerle una foto.
Una vez visto de pasada el museo, nos decidimos ir para la zona de Pica Pica para tomar una cervecita antes del comienzo del encuentro. Al llegar unas azafatas nos ofrecían Heinekens en una bandeja, la cual acepté con mucho gusto. A partir de ahí una sala grande, un DJ y música en directo, mesas vacías para sentarse y otras llenas de comida y bebida. Croquetas, buñuelos de bacalao, fideuá, albóndigas con sepia, jamón con pan con tomate,....y otras cosas que no probé. Un lujo innecesario pero que siempre va bien darse de vez en cuando.
Con la barriga ya en su sitio, fuimos a los asientos que nos tocaba por entrada. Justo detrás del banquillo visitante, a una altura correcta para disfrutar del espectáculo. Allí vimos la primera parte de un partido algo aburrido por lo que a falta de cinco minutos empezamos a subir a la zona Champions Club. Algo de comer y algo de beber, sin alcohol por normativa, y directos a ver la segunda parte. Esta vez optamos por ir algo más arriba y algo más centrado, desde donde pudimos ver el partido de otra óptica.
Cuando acabó el partido volvimos a la sala del Pica-Pica para hacer una cerveza y picar algo, mientras se despejaban todos los alrededores del Camp Nou. Una experiencia muy divertida y curiosa, que no había podido experimentar en ninguna de mis antiguas visitas a ningún estadio y la cual agradezco a mi compañero de trabajo que me invitó.
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